viernes, enero 27, 2006

Hoy terminé de leerla

"Santa María, Madre de Dios,
tú has dado al mundo la verdadera luz,
Jesús, tu Hijo, el Hijo de Dios.
Te has entregado por completo
a la llamada de Dios
y te has convertido así en fuente
de la bondad que mana de Él.
Muéstranos a Jesús.
Guíanos hacia Él.
Enséñanos a conocerlo y amarlo,
para que también nosotros
podamos llegar a ser capaces
de un verdadero amor
y ser fuentes de agua viva
en medio de un mundo sediento."

Con esta oración, que también me encantó, termina Benedicto XVI la encíclica.
Ahora que ya la leí toda una vez, mantengo mi apreciación de ayer. Además, agregaría, me pareció también muy nítida e iluminadora.
¡Gracias Benedicto!

jueves, enero 26, 2006

Dios es amor - Deus caritas est

Empecé a leer la Encíclica.¡Me encanta!
Como una brisa de aire fresco...
Confieso que, con tantos comentarios y anuncios previos, tenía miedo de que después desilusionara. Al contrario: me gustó mucho más de lo que esperaba. No sólo por 'lo que dice', sino por 'cómo lo dice'.
Pero, como digo al principio, recién voy por la mitad. Y la mitad de una primera lectura, de corrido... Después hay que volver a verla, de a poquito... saborearla... rezarla...
¡Se las recomiendo!
Creo que les va a gustar.

domingo, enero 22, 2006

A propósito de Chesterton

Hace mucho tiempo leí mucho Chesterton. Me encantó. Después he vuelto a leer algo, pero muy poco.
Ya que en esta 'comunidad bloguil' varios lo conocen bien, a ver si me pueden hacer acordar de dónde es un comentario suyo que decía más o menos esto:
El error de los griegos fue pensar que la vida podía, y debía, ser tan recta como 'una nariz griega'. Los cristianos, con la noción de pecado original, le aportaron al mundo la claridad de que esto no era real y, con ello, alivio y una mayor comprensión de la persona humana.
Todo esto dicho -por supuesto- a lo Chesterton.
Con el tiempo que ha pasado, tampoco sé cuánto de lo que puse es suyo y cuánto le agregué yo.
Cuando he tenido obras suyas en mis manos no lo he vuelto a encontrar.
Tengo idea de que pertenece a un prólogo... San Francisco, Ortodoxia, La Esfera y la Cruz... no sé.
Si alguno me puede ayudar -e incluso pasarme además de la cita el texto, que no creo que sea de más tres renglones-, ¡muchas gracias!

jueves, enero 19, 2006

Repaso personal...

Cuando era jovencita, recién salida del colegio, mi deseo profundo era aprender a vivir; y mis grandes valores –además de Dios- las otras personas y la realidad entera. Creo que en esto, con los años, no he cambiado nada .

Y por eso decidí, en aquella época, que lo mío era estudiar filosofía.
Más adelante, ya joven adulta, me di cuenta que tal vez fuera mejor estudiar teología.
Con el tiempo fue cambiando mi deseo e inquietud: sólo quise aprender a amar.
Y ahora, que van pasando los años, apunto a algo más: tener corazón misericordioso... Para mí, para cada hermano y, por qué no, para tantas situaciones que vivimos hoy.
....................
Al principio creía en mis estudios; ahora, indudablemente, sé que debo pedírselo a Dios y agradecérselo de antemano.

Nota: No se vayan a creer que me capacité demasiado en algo de todo esto. ¡Apenas una asomadita por cada ámbito! Es sólo por contar dónde fui poniendo mis esperanzas de ‘realización propia’ (¿se dirá así?)y dónde estoy hoy.

miércoles, enero 11, 2006

¿Dónde está mi alegría?

Me ha quedado resonando el post que leí ayer y también el de Franca, que me llevó a aquél, sobre el abuso del alcohol en nuestros jóvenes.
Es que también en estos días veía que, incluso entre los adultos jóvenes, muchos de los encuentros de amigos, y tiempos de distracción, se “logran” de esta forma. Gente que es muy seria en su trabajo, parejas que se llevan bien -unos con cerveza, los más grandes con otras cosas-, desgraciadamente tiene la bebida como un recurso válido de “alegrarse” y de “encontrarse”.
Y entonces no es tan, hasta diría, “ridículo” como nos puede sonar a nosotros eso de: “Lo que importa es ...la cerveza”.
Me preocupa en este tiempo, y sé que no es algo tan nuevo, que haya –¡y las hay! y no son tan pocas- personas que sólo encuentren lo que ellos llaman “alegría”, o “sentirse bien”, de esta forma. En el alcohol, en la droga.
......................
Y confieso que, hoy, me preocupaba más todavía el hecho de que, nosotros, sus hermanos, no podamos mostrarles otra alegría; no sepamos vivir, y comunicar la verdadera Alegría.
-“Les anuncio una gran alegría” dijeron los ángeles a los pastores aquella noche...
- ¡Evangelio quiere decir: “Buena Noticia”!...

¿Cuánto tengo que ver yo -con mi falta de alegría (y, humildemente, me creo cristiana), y con mi modo de comunicar el "Anuncio" que, tantas veces, no es precisamente irradiando-, cuánto pesa lo mío, en la “no-alegría” de mi hermano, de mi pueblo, y del mundo?
Parece que hoy, Benedicto, en el Ángelus, nos animaba a 'vivir la alegría de ser cristianos'.

martes, enero 10, 2006


¡Desde el año pasado que no escribo!
Podemos empezar con otro Macanudo ...