“Sólo redescubriendo el don recibido, la Iglesia puede testimoniar a todos a Cristo Salvador; hay que hacerlo con entusiasmo y pasión, en pleno respeto de cada tradición cultural y religiosa: y hacerlo con alegría, sabiendo que Aquél a quien anuncia nada quita de lo que es auténticamente humano, sino que lo lleva a su cumplimiento. En verdad, Cristo viene a destruir solamente el mal, sólo el pecado; lo demás, todo lo demás, lo eleva y perfecciona. Cristo no nos pone a salvo de nuestra humanidad, sino a través de ella; no nos salva del mundo, sino que ha venido al mundo para que el mundo se salve por medio de Él (cf.Jn 3,17)”
( Benedicto XVI Mensaje Urbi et Orbi Navidad 2006)
---------Nota: el resaltado es mío.