viernes, agosto 17, 2007

No quisiera que este blog quedara al margen de lo que están sufriendo nuestros hermanos del Perú, pero realmente no encuentro palabras.
Son momentos en que uno desearía que la fraternidad fuese el verdadero vivir de cada hombre y mujer de este nuestro mundo.
Señor, enseñanos a ser verdaderamente hermanos... enseñanos a con-padecernos, realmente, del dolor de tantos... Y, por supuesto, a buscar caminos para su alivio y su consuelo.
Y sobre todo, ¡llevales vos, Señor, nuestro deseo de estar junto a ellos!

2 comentarios:

Milkus Maximus dijo...

Josefina: hice un post bastante útil sobre el tema.
No hace falta que linkees a mi blog. Basta que copies y pegues el mail que me enviaron.

Un abrazo

Aeronauta dijo...

Hermana Jo, son los deseos de todos, creo yo. Me ha impactado además el asunto del derrumbe de la iglesia llena de fieles y la cantidad de muertos ahí. En Chile, que nos terremoteamos cada tanto, ha pasado muchas veces. ¿Por qué el Señor elegirá los días festivos en horarios de misas para mandar a las fuerzas de la naturaleza a moverse? en todo caso, qué lindo haber estado ahí y no en algo malo, ¿no?
Un beso, Jo.