Sin dar señales de vida.
La verdad es que no sé si el trabajo es mucho o sólo es cansancio de fin de año.
Ya falta poco para que termine el comedor. Pero es que el estar sin cocinero -y sin el que teníamos nosotros, que trabajaba por cuatro- hace más difícil las cosas. Sobre todo que no estamos acostumbradas.
Están viniendo pocos a comer. Pero eso también complica un poco porque empezás a hacer menos comida y después nos ponemos ansiosas porque no vaya a ser que no alcance... Hoy nos pasó así.
También tenemos que planear una fiestita -comida distinta y algún regalito- para festejar Navidad.
Además, estos días varias hermanas de la comunidad están haciendo sus Ejercicios Espirituales así que somos menos las disponibles.
Pero, como digo arriba, ya falta poco. ¡Y eso anima!
Pero por eso ni aparezco por la blogósfera... ¿Vendrán tiempos mejores?